Si alguna vez has observado a otras mujeres, quizás no más talentosas que tú, sobresalir por encima de tu nivel de éxito o felicidad, probablemente te habrás preguntado qué marcaba la diferencia. ¿Qué hace que una mujer tenga éxito a un nivel muy alto mientras que otra, al parecer con más recursos y experiencia, no alcanza metas similares?
A veces puede que te sientas estancada. Quizá hayas sufrido algunos reveses y te preguntas si tus sueños se harán realidad algún día. Tal vez ni siquiera has expresado lo que realmente anhelas en la vida: hacerlo sería admitir que hay algo que quieres y que quizá no consigas. Es más fácil fingir que nunca lo quisiste que ir tras ello y no alcanzarlo. La decepción sería demasiado grande. La vergüenza también sería… bueno, vergonzosa.
Pero, antes de comenzar a hablar de conceptos y estrategias para el éxito, asegurémonos de estar de acuerdo en lo que es el éxito.
El éxito es vivir el propósito de tu vida y experimentar resiliencia y gozo al hacerlo.
Analicemos más esta definición.
Tu propósito tiene que ver con marcar una diferencia en las vidas de otros. Tu Creador te concedió dones, talentos, pasiones y experiencias que son únicas para ti. No puedes vivir los propósitos de tu vida a menos que estés de alguna manera sirviendo a otros. Aunque nuestro propósito a menudo nos da gozo, no se trata de nosotras. Se trata siempre de usar tus fortalezas, talentos y dones para servir a los que te rodean (1 P. 4:10-11).
Resiliencia es la fuerza y la esperanza que sostiene a una mujer exitosa. Cuando te dispongas a perseguir tus sueños, inevitablemente te encontrarás con retos, pruebas y piedras de tropiezo durante el camino. No hay nada más importante para alcanzar el éxito que la capacidad de ser resiliente ante los retos (Ro. 5:3-4). Y es aquí donde brillan las mujeres exitosas. Ellas piensan diferente ante el temor, el fracaso, los reveses y los retos. Se dicen a sí mismas cosas distintas ante tales obstáculos. Perseveran ante las pruebas y obstáculos.
El gozo te capacita para tener éxito. Como nos recuerda Nehemías 8:10: “El gozo del Señor es nuestra fortaleza”. Dondequiera que te encuentres en el viaje de la vida, si encuentras una manera de aceptar y disfrutar esa etapa, ya habrás encontrado cierta medida de éxito.
Sin importar lo que te encuentres en tu camino hasta alcanzar tus sueños, estas siete decisiones a continuación te llevarán en la dirección correcta, restaurarán la paz y la confianza, e impulsarán tu felicidad incluso en medio de los retos.
Decisión n.º 1: No reduzco el tamaño de mis sueños. Quizá Mark Twain lo expresó mejor al decir: “No son las cosas que hicimos lo que más lamentamos; son las cosas que no hicimos”. Debes comenzar a esperar más. Incluso cuando no consigas todo lo que esperas, conseguirás mucho más que si no estuvieras esperando nada. En el momento en que decidas conformarte, te garantizo que nunca lograrás tu verdadero sueño. Escoge la fe en vez del temor.
Decisión n.º 2: Me enfoco en las soluciones, no en los problemas. Cuanto mayor sea tu sueño, más oportunidades habrá para que lleguen obstáculos, retos y problemas. Decide adoptar una mentalidad que vea esos problemas como oportunidades para crecer y, finalmente, caminarás
en tu visión.
Decisión n.º 3: Decido ser auténtica. Sé tú misma. ¿Qué otra persona puedes ser? Se necesita menos esfuerzo y energía para ser tú misma, pero eso requiere mucho valor. El temor a no ser aceptada o aprobada tal y como eres puede llevarte a enviar a tu “representante” al mundo. Se parece a tu “yo verdadero”, pero no lo es. Es una falsificación y el poco o mucho éxito que consiga estará fundado sobre falsas pretensiones que deberás continuar para seguir manteniendo
Lo que has conseguido hasta ahora. Busca ser la mejor tú que puedas, nada más y nada menos.
Decisión n.º 4: Escojo el valor en lugar del temor. Al igual que los problemas, el temor es inevitable. Es el obstáculo más común para lograr verdadero éxito y felicidad. Te tienta a apartarte de tus auténticos deseos. Te hace racionalizar y convencerte de que no eres suficiente. Te conduce a fingir que realmente no quieres lo que realmente quieres. Rehúsa sucumbir al temor (Jos. 1:9).
Decisión n.º 5: Escojo las relaciones sabiamente y las alimento intencionalmente. El éxito no se produce en un vacío. Necesitas personas, y las personas te necesitan a ti. Quienes tienen un fuerte sistema de apoyo tienen los recursos que abren puertas a oportunidades y les capacitan para manejar cualquier reto. Por eso mismo, hay un hondo sentimiento de bienestar cuando damos a otros, ofrecemos apoyo, amabilidad y amor. No lo hagas sola (Ec. 4:9-12).
Decisión n.º 6: Buscaré de manera activa la crítica constructiva y la usaré para crecer. Necesitas personas a tu alrededor que te digan la verdad, incluso, cuando no te guste lo que te digan, debes escucharlo, procesarlo y preguntarte a ti misma: “¿Hay algo de verdad en esta crítica, aunque sea negativa?”. Tu limitada perspectiva no es suficiente. Sé humilde
y usa los fracasos y errores como herramientas de aprendizaje. Rodéate de personas que sepan más que tú y aprende todo lo que puedas de ellas (Pr. 27:17).
Decisión n.º 7: Conozco mi propósito y actúo diariamente en la dirección de mi visión. Si continuamente das pasos en la dirección correcta, finalmente llegarás a tu destino. La acción regular produce resultados regulares. “Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio”, prometió el rey Salomón en el libro de Eclesiastés (5:3, RVR-1960).
Echa un vistazo otra vez a las siete decisiones clave. ¿Estás dispuesta a hacerlas tuyas? ¿Cuál sobresale como tu favorita? ¿Cuál necesitará un cambio de actitud por tu parte?
El propósito de la autora, Valerie Burton en el libro Las mujeres exitosas piensan diferente es darte un empujón que te haga avanzar al siguiente nivel para alcanzar tus sueños en tu vida personal y profesional.