Cada mujer tiene sus propios retos y dificultades como madre. Tal vez tenga un hijo con una necesidad especial. Tenga sus propios problemas de salud. Quizás haya días cuando simplemente no sepa qué hacer y necesita sabiduría. Hay días en los que se siente abrumada y no tiene fuerzas para hacer lo que debe hacer. Se siente al límite y presionada en un sinfín de direcciones. Tal vez tenga días en los que se sienta débil e insuficiente y, otros, en los que ser madre resulte muy difícil. Independientemente de cada historia o experiencia, “una cosa es igual para todos: nuestra necesidad de Jesús y Él es suficiente”, asegura la autora.

En el desarrollo del libro Fox expresa que “ser madre revela nuestra necesidad de un Salvador. Sin importar la etapa en la que se encuentren nuestros hijos —infancia y niñez temprana, adolescencia o cualquier otra etapa—, necesitamos que Jesús nos ayude. Necesitamos que Jesús sea nuestra fortaleza y sabiduría, que nos salve y nos rescate de nosotras mismas, y que sea nuestra constante a través de los altibajos de ser madres. En cada etapa, el evangelio se vuelve mucho más bello, valioso y profundo para nosotras”, en un claro desafío que deja a las madres para profundizar en las Escrituras y en su relación con Dios, como Padre, como Hijo y  como Espíritu Santo.

Al finalizar cada capítulo Christina Fox deja una oración. Una que ella misma pronuncia de manera contundente, y que comparte con cada lectora abriendo su corazón. Un ejemplo de ello es la que sigue a continuación:

Amado Padre celestial:
Vengo ante ti, hoy, abrumada por la vida. El reto de
hacer malabarismos entre mis deberes como madre y
otras responsabilidades a menudo es más de lo que puedo
soportar. Al leer este pasaje sobre la preeminencia de
Cristo, recuerdo que, aunque yo no soy suficiente, Él es
suficiente para mí.
Él gobierna sobre todas las cosas, desde la creación
hasta la Iglesia, incluso mi experiencia como madre. Puedo
confiar en que Él será para mí lo que yo no puedo ser.
Perdóname por no exaltar a Jesús por quién es Él. Perdóname
por pensar que puedo vivir la vida sin Él. Perdóname
por buscar fortaleza y sabiduría fuera de Él. Perdóname
por no dar a Cristo un lugar supremo en mi vida.
Ayúdame a ir a Cristo y darle el primer lugar en mi
vida. Que tenga la preeminencia en mis pensamientos,
mis metas y mis planes. Que sea preeminente en mi vida
como madre. Que sea el Señor de todo.
En el nombre de Jesús. Amén.


“Esperanza para el corazón de una madre”, es un bello libro que no debe faltar en la biblioteca de toda mujer que tiene el privilegio de ser mamá, y de toda aquella que espera serlo. Es más que un libro, es una verdadera consejera acerca de cómo desarrollar el rol de criar a los hijos de acuerdo al plan de Dios.