Según el diseño y la voluntad de Dios, el esposo es la cabeza del hogar; es el líder de la familia. Las Escrituras dejan en claro que él es el único responsable del éxito matrimonial y familiar, y del bienestar de todos los que componen la familia. Su autoridad ha sido declarada desde el comienzo del tiempo en la creación, un hecho explicado por el apóstol Pablo en 1 Corintios 11, donde afrma: “el varón es la cabeza de la mujer… tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón” (vv. 3, 8-9). En este pasaje, Pablo sostiene el concepto de la autoridad de un hombre en la familia con la aceptación del orden de la creación —primero fue creado el hombre y luego la mujer— y del hecho de que la mujer fue creada para ayudar al hombre (Génesis 2:18, 21-24).
Más adelante, en el pasaje más signifcativo sobre la relación matrimonial y familiar de todo el Nuevo Testamento, Pablo aborda una vez más el rol del hombre como cabeza de su propio hogar. Al escribir sobre la relación entre el esposo, la esposa y los hijos en Efesios 5:22–6:4, Pablo establece que el diseño de Dios es que “el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia” (v. 23). Después, pasa a dar instrucciones específicas sobre cómo deben cumplir los esposos su rol de liderazgo, y comienza con este importante mandamiento: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia” (v. 25).
Por lo tanto, esta es la máxima responsabilidad del esposo: amar a su esposa. Con el uso del amor de Cristo por la Iglesia como su ejemplo, Pablo explica en los versículos subsiguientes cómo debe manifestarse el amor del esposo. Cada hombre debe amar a su esposa con un amor sacrificial, purificador, atento e inquebrantable, semejante al de Cristo.
Sin embargo, las preguntas que muchos se hacen hoy día son las siguientes: ¿Dónde están los esposos fuertes? ¿Dónde están los esposos y padres leales, amorosos y líderes? ¿Dónde están los hombres que están dispuestos a levantarse como la columna vertebral, la estructura o la base sólida sobre la cual poder edifcar un matrimonio y una familia y, a su vez, una sociedad?
Demasiados hombres viven hoy día en mundos completamente alejados de su familia. Fuera del hogar, son hombres emprendedores, que resuelven problemas y se las ingenian para encontrar todo tipo de manera innovadora de hacer dinero y obtener promociones, prestigio y respeto de las personas de su mundo exterior. Sin embargo, en el hogar, en su mayor parte, son pasivos, indiferentes e irresponsables. Aunque puede que estén presentes en el hogar, no están comprometidos activamente en la dinámica cotidiana de la vida familiar.
Extraído del libro Sé el papá que tus hijos necesitan.