Por: A. W. Tozer

La mayoría de los cristianos modernos viven por debajo de sí mismos y llevan vidas subcristianas. No demuestran ser personas gozosas porque no son santas. No son personas santas porque no están llenas del Espíritu Santo. No están llenas del Espíritu Santo porque no son personas apartadas. El Espíritu no puede llenar a quien no puede apartar. A quien no puede llenar, no puede santificar; y a quien no puede santificar, no puede hacer feliz. 

Dicho de otra manera, aunque el cristiano moderno ha nacido de nuevo al haber aceptado a Cristo, muchas veces no tiene gozo por no ser santo. Y no es santo por no estar lleno del Espíritu Santo, el único Espíritu Santo que existe. No está lleno del Espíritu Santo porque no se ha separado del mundo. Dios no puede llenar lo que no puede separar, y no puede santificar lo que no puede llenar. No puede llenar de gozo lo que no puede santificar. 

Además, mi postulado incluye esto: el cristiano moderno no es semejante a Cristo; es decir, no está «unido» con Cristo. La prueba de esto radica en los defectos de carácter que se encuentran hoy día entre los hijos de Dios. Si yo no tuviera una visión profética para ver a través de los años igual que los profetas en Hebreos 11, que durmieron sin haber visto el cumplimiento de la promesa, me habría desanimado profundamente. La realidad es que he predicado durante años a algunas personas que aún tienen defectos de carácter.

Además de eso, presentan debilidades morales, derrotas frecuentes y entendimiento embotado. Viven fuera de la voluntad de Dios y, en gran medida, por debajo de las Escrituras. Ese es mi postulado y la razón para este estudio. 

En este mundo de pecado, carnalidad y maldades es aterrador y terrible que entre el 80% y el 90% de las personas que Dios pone a prueba la reprueban, pero afortunadamente no es así con todas ellas. «¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos» (Jon. 1:6). Debo decir que para algunos será una prueba inconsciente que los exhortemos a seguir adelante. La pregunta es: ¿cuál será tu respuesta? ¿Irás conmigo? ¿Estarás de acuerdo en que la mayoría de los cristianos modernos llevan vidas subcristianas? ¿Concuerdas en que la mayoría de los cristianos no experimentan gozo? No son cristianos gozosos porque no son espirituales y, por tanto, no son santos. 

Si tu concepto de cristianismo es en parte juego, en parte diversión social y en parte religión, no podrás oírme ni entenderme en absoluto. Quizás recibas estas palabras, pero no entenderás lo que estoy diciendo. Por otra parte, si tu concepto de cristianismo contiene la creencia de que esta vida es como un campo de batalla contra el mundo y que esta vida es una preparación para algo más grandioso; si aceptas la cruz de Jesucristo como tu símbolo que debes cargar y también morir en ella, y levantarte y vivir por encima de tu cruz, entonces avanzaremos y viajaremos juntos. 

Ahora te comparto un pequeño lema de La nube del no saber: «Deja lo que queda atrás. Trata más bien de alcanzar lo que tienes por delante». Esta fue la manera del antiguo escritor de repetir lo que el apóstol Pablo dijo: «olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante» (Fil. 3:13). Si tomas eso como tu lema, «Deja lo que queda atrás. Trata más bien de alcanzar lo que tienes por delante», no te preocupas por el pasado y te comprometes a seguir adelante a través de las etapas sucesivas, tendrás una experiencia espiritual que los antiguos hermanos llamaron «unidos» con Cristo. Estar «unido» con Cristo es lo que mi corazón anhela y confío en que el tuyo también lo anhele. 

* Extraído del libro Una fe más perfecta