Sauer, Erich

La aurora de la redención del mundo (la historia de la salvación en el Antiguo Testamento) es el primero de tres volúmenes de Erich Sauer que cubren conjuntamente todo el campo de la teología bíblica. Los otros dos son El triunfo del Crucificado (la historia de la salvación en el Nuevo Testamento) y De eternidad a eternidad (el plan de Dios a través de las edades). Estas tres obras de Sauer, verdaderas joyas de la literatura evangélica, han sido muy apreciadas en el original alemán así como en los varios idiomas a los que han sido traducidas.

La aurora de la redención del mundo empieza con lo que Dios revela en su Palabra sobre lo existente antes de la creación del universo, pasando luego por la creación misma, la caída y los comienzos y el desarrollo del plan de la redención hasta llegar a la manifestación del Mesías en esta tierra.

El triunfo del Crucificado es una obra que sigue, en su amplitud, la panorámica del Nuevo Testamento. Da una descripción de tres etapas en la obra de Cristo: la redención de su Iglesia, la conversión de las naciones y la transformación del universo. Muestra adecuadamente la escala cósmica de la redención y de la glorificación de Cristo sobre todas las cosas. Constituye, además, un eficaz manual de muchas doctrinas relacionadas con la salvación y ofrece noventa bosquejos resumidos útiles para la predicación y el estudio.

Este libro es un clarinazo de alarma para el cristiano: le hace ver que es necesario que despierte de su desidia y sopor, que abandone la frivolidad y mundanalidad en que vive y que se libre de su complacencia en una espiritualidad pasiva.

El autor, en un vibrante alegato en que maneja con maestría la Biblia desde el principio al fin, ilumina puntos oscuros y presenta ante nuestros ojos el verdadero sentido del ser cristiano: una lucha encarnizada contra todos los poderes del mal, con el apoyo constante del Espíritu Santo y la vista puesta en la vida futura, de la que tenemos ya un anticipo aquí, si vivimos espiritualmente a fondo.

Este libro sacudirá tu vida espiritual, enderezará tus pasos, te quitará el sabor de lo terreno y te dará nuevo aliento para correr delante hacia el “premio de la única vocación verdaderamente soberana”.