Mucho antes de que cantáramos: “Oh aldehuela de Belén” en la víspera de la Navidad, el profeta Miqueas anunció que de esa población insignificante iba a salir un “Señor en Israel”
¿Quién es este Cristo, este Mesías? Su nombre es Jesús. Su nombre simbólico, Emanuel (que significa “Dios con nosotros”), representa su deidad. Él es hombre, por cierto, pero también es Dios.
Nunca hemos visto lo que es la perfección absoluta en una persona... Es casi imposible vislumbrar una perfección semejante. Pero la encontramos en Jesús.
Cuando, igual que Josué, nos detenemos a dar gracias por las personas que enriquecen nuestra vida, afirmamos el valor de cada una de ellas y bendecimos a Dios así como sus vidas.
En cada etapa de la crianza de los hijos, Dios nos enseña acerca de sí mismo. Nos educa mientras nosotros educamos a nuestros hijos. Nos enseña mientras nosotros les enseñamos.